Para Mejorar tu Habilidad de Escuchar

La habilidad de escuchar es tal vez la habilidad de comunicación más importante que puedas adquirir y dominar.

Al convertirte en un buen oyente, abres las puertas a la buena comunicación.

Antes de profundizar en el tema de convertirse en un mejor oyente, vamos a responder a una pregunta que se suele hacer.


¿Qué es el escuchar? …

¿Y cuál es la diferencia entre oír y escuchar?

Oír es percibir con nuestros oídos las palabras que se están hablando. Escuchar es prestar atención con nuestros otros sentidos para ayudarnos a entender las palabras que se dicen.

Oímos palabras mediante nuestro sistema auditivo y escuchamos mensajes completos mediante nuestras funciones cognitivas: atención, memoria, pensamiento y razonamiento.

Para llegar a ser un maestro en escuchar, el primer paso es saber qué obstáculos a la comunicación se pueden interponer en el camino.

Barreras al Escuchar Efectivamente

Las barreras más comunes a ser un buen oyente son distracciones, malas interpretaciones y el apego a nuestras opiniones.

La superación de estas barreras es sencilla y puede ser el paso más grande para ayudar a comunicarte mejor con los demás en tu vida.

Quien escucha efectivamente, escucha activamente.

Escuchar Activamente

Un oyente activo es una persona enfocada a lo que se está diciendo.

El oyente activo le pone la debida atención a las palabras y, también, al estado de ánimo de la persona que habla.

Existen varios grados de escuchar activamente, que van desde simplemente repetir lo que el orador dijo que, hasta parafrasear, y reflejar (crear lo que el orador dijo que en tus propias palabras).

Ejercicios para mejorar la comprensión oral

Al comprender los diferentes niveles de escuchar y mediante la práctica de los ejercicios recomendados, puedes convertirte en un oyente calificado y un hábil comunicador.

Para práctica adicional, lleva a cabo estas actividades de escucha activa.

Habilidad de Escuchar

Una persona que sabe escuchar es alguien que goza de los frutos de relaciones significativas y cercanas con otras personas.

Cuando realmente escuchas a alguien, estás dando a esa persona un preciado regalo: tu atención.

A su vez, ese alguien (que primero habló y se sintió escuchado), se inclina más a corresponderte con su atención a lo que tu tengas que decirle.